Luchar, Soñar, Vivir. Parte V: Una terrible herida
A inicios de la primavera de 1945, se derrumbó el frente alemán en Italia y permitió a las unidades de los ejércitos americanos y británicos ocupar todo el norte de la península.
A lo largo de todo el país, el pueblo italiano recibió con felicidad y vítores a los soldados aliados. Ante el grito de “¡arrivano i nostri!” los carros armados avanzaban entre los aplausos, con militares sonrientes que distribuían golosinas entre los niños.
Era la representación de un cambio de roles radical, de enemigos a liberadores, rescatando al pueblo italiano de la guerra, del fascismo, de los alemanes, de la indigencia y del horror.
El 28 de abril de 1945 Mussolini fue fusilado por los partisanos, y el 2 mayo se rindió el ejército alemán en Italia.
La Segunda Guerra Mundial dejó heridas imborrables para Italia: 291.376 soldados caídos: 109.602 en batalla, 131.419 desaparecidos, y 50.355 muertos por enfermedad.
Las pérdidas civiles fueron inmensas también: 153.147 ciudadanos, entre ellos 61.432 por los bombardeos, 64.000 las víctimas de represalias nazis, y 30.000 en campos de concentración. En Italia además las fuerzas nazis eliminaron 8.500 judíos.
Ya recuperado de su terrible herida, Giovanni terminó los últimos años de la guerra en Cerdeña. Permaneció allí hasta 1946, siendo parte de la última guardia que abandonó la isla.
Después de todos los horrores vividos, la pesadilla estaba por terminar, y una nueva etapa comenzaría en su vida.
¡Despierta, Gianni!
Continuará…